viernes, 3 de abril de 2015

03/04/15 - Tercer día en Praga

Debe ser el sol... Ha sido salir el sol y hasta los camareros han sonreido (y, además, la gran mayoría).


Hoy tocaba visitar el Castillo y, además, hacerlo a nuestro aire y no ha estado nada mal. 

El día estaba frio pero despejado, lo que ha sido una gran cosa. Hemos tenido que andar un buen rato para llegar a la parada del tranvía que nos llevaría hasta el Castillo pero ha merecido la pena. 

Hemos pasado por la plaza de San Wenceslao conocida en Praga por ser el lugar emblemático de los Checos para rebelarse contra el comunismo y donde tuve la fortuna de asistir a una manifestación en el año 88 (un año antes de la caída del muro), toda una experiencia.

       Al fondo, a la izquierda, permanecí impasible 
       ante el despliegue de policías en agosto del 88

La visita al Castillo se nos ha dado muy bien. Hemos empezado asistiendo al cambio de guardia más relevante del día en el que además se releva el estandarte a los acordes de unas "fanfarrias" jajajaja (es lo que ponía en la guía). Hay que decir que el paso checo es bastante menos "aguerrido" el español y que las "fanfarrias" tenían un cierto "deje" a música de Disney. Con todo (y fundamentalmente por el comentario de todos estos detalles) hemos pasado un buen rato.


Por el Castillo se entiende un montón de dependencias de lo más variopinto. Desde la impresionante Catedral de San Vito hasta la iglesia románica más antigua del Praga pasando por un sobrio palacio, una calle con las casas tal como estaban a principios del S XX donde vivió un par de años Kafka. Una torre con una mazmorra con algunos instrumentos de tortura. En fin, que hemos echado la mañana.



          "Princeps et Infans Hispaniarum  Castilla" 

       "Delante de la casa de la hermana de Kafka"


Azuzaba ya el hambre y hemos ido a "tiro hecho" a una cervecería en la que paramos la tarde anterior que yo recordaba del año 88. Nos hemos dado un considerable homenaje. Como he dicho al principio, hoy, hasta los camareros sonreían con lo que la experiencia ha sido memorable.

Pasito por la zona en busca de souvenirs (alguno ha caído) y luego ya hemos pasado por "El muro de Lenon". Un muro en el que los jóvenes checos reivindicaron la paz desde la muerte de Lenon. Ahora convertido en un caótico mural de grafitis que tiene un cierto encanto.


Tras pasar por el hoy sí abarrotado Puente de Carlos ...



... hemos ido al teatro negro. La experiencia ha tenido diversidad de opiniones. A unos nos ha gustado y a otros les ha parecido un "inconexo" peñazo. La verdad es que lo han peorado con la tecnologia y los audovisuales. Pero todo hay que decirlo, no puede estar mal cuando a uno le premiten entrar con una cerveza de medio litro comprada en el propio bar del teatro por el módico precio de 1,8€.



A la salida hemos deambulado por las calles de Praga, descubriendo nuevos edificios. La verdad es que es un pasote de ciudad. Aquí uno podria estar muchos, pero muchos días, callejeando sin cansarse y descubriendo edificios y callejones singulares.



La cena ha sido hoy frugal... Un gofre y poco (o nada más).


Mañana es nuestro último día, pero tenemos toda la mañana para disfrutar y alguna idea tenemos :-) 

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