jueves, 2 de abril de 2015

02/04/15 - Segundo día en Praga

Nos hemos levantado tempranito por aquello de que a las 10:00h teníamos apalabrado un tour por la ciudad.

Así que tras desayuno de rigor  (sin comentarios)



puesta en marcha hacia el lugar de encuentro, muy cerca del hotel en que estamos. La mañana se ha levantado fria, algo grís aunque no amenazaba lo que se venía encima (al menos, no a los no autóctonos de aquí).



El tour ha estado bien, unas 4 horas de pateo por la ciudad aunque para mi gusto con demasiada historia y poca ciudad, pero bueno, esto es para mi, a mis hijas les ha encantado.




En medio del tour nos ha llovido al principio y luego nevado-granizado como un poquito a lo bestia. No ha sido mucho tiempo pero sí el suficiente como para quedarse uno razonablemente helado... Pero bueno, "no pasa na". Hemos aguantado hasta el final como campeones. 

Tras pasar por el hotel, mayormente para entrar un poco en calor, nos hemos ido a comer a un lugar muy próximo y "conocido", de los que viene en las guías, vamos, y al salir nos hemos preguntado "¿Por qué viene en las guías?". Quizás por que su sobriedad bien podría recordar a las cervecerías de la época comunista.



Hago aquí un inciso sobre la hostelería praguense en general.

A ver cómo lo digo con pocas palabras... Sí, yo creo que se me ocurre algo... "Todos los camareros son unos bordes de tres pares de narices". Vamos, en concreto hoy hemos celebrado con júbilo que, en la cena, alguna de mis hijas (no recuerdo cual) ha vislumbrado un esbozo de sonrisa en una camarera que nos ha atendido (y no exagero).

Sí, toda generalización es injusta con algunos, pero vamos, en general el servicio no ha evolucionado mucho de lo que yo recuerdo  de la Praga comunista. Son bastante secos, tardan muchísimo en servir y no ayudan mucho. En lo que sí he notado un cambio grande es que en todos los casos cuando traen la cuenta te indican clara y ostensiblemente aquello de que "tip is not included". Vamos que se han quedado con lo de las propinas pero no mucho con lo de ganárselas. 

Lo de la simpatía aplica tanto a los camareros de bares y restaurantes caros y baratos, como a los que atienden los puestos callejeros para venderte una salchicha.

Tras la comida hemos vuelto al cementerio judío que en el tour de la mañana vimos sólo por fuera. 


Luego nos hemos dirigido, hoy con luz, al Puente de Carlos que hemos cruzado para meternos un poquito en el barrio de Malastrana. Lo que hemos visto nos ha gustado mucho. 


Eso sí, como nos hemos quedado un poco con hambre, hemos aprovechado para "recordar viejos tiempos" comprando una salchicha y una ensalada de patata en un puestecito callejero.


Hemos buscado después una cervecería que recordaba vagamente y, sin mucho problema, ha aparecido. Nos hemos metido a tomar una cerveza (que aparte de ser muy buena sigue siendo muy barata) y hemos enfilado ya la vuelta al hotel.



En el camino hemos aprovechado para comprar entradas para el Teatro Negro para mañana.

Una horita de descanso en el hotel, cena con alborozo por la sonrisa de un camarero y de vuelta a descansar que el día no ha dado para más.



Esta foto está fuera del hilo de la narración pero es que me gusta... Guapas, ¿eh?

Nota: El tiempo por la tarde ha mejorado. Seguía muy frio pero sin lluvia (ni nieve ni granizo) por lo que ha sido más llevadero. La predicción para mañana es buena.



No hay comentarios:

Publicar un comentario